Los valles de Seta y Travadell se sitúan al norte de la provincia de Alicante, al abrigo de las sierras de Almudaina y Serrella; esta última recibe el sobrenombre de el pirineo alicantino, tanto por la belleza de sus paisajes como por la exigencia de las rutas que la recorren.
Se trata de una zona de Alicante Interior muy desconocida para la mayoría de las personas que visitan la Costa Blanca e incluso para los nacidos en la provincia.
Este este artículo vamos a descubrir algunos pueblos y aspectos de interés de estos preciosos y tranquilos valles, donde la agricultura y la ganadería han sido las formas de vida tradicionales durante décadas y donde, hoy en día, el turismo rural poco a poco se abre camino para beneficio de la economía local y el disfrute de los visitantes. ¡Sigue leyendo para descubrir todo lo que este destino te ofrece!
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La Vall de Travadell
El primero de los valles que vamos a conocer recibe su nombre por el Castell de Travadell, un torreón defensivo que se sitúa en lo alto de una escarpada peña, en la vertiente occidental de la Serra d’Almudaina. Lamentablemente, los restos de esta fortificación se encuentran en avanzado estado de ruina y el temporal Gloria del pasado año 2020 acabó por derrumbar el último tapial que quedaba en pie.
Administrativamente hablando, la Vall de Travadell está compuesta por los municipios de Benimarfull, Benillup y Millena, aunque lo cierto es que geográficamente, este último debería quizás pertenecer a la Vall de Seta, al situarse en la cara sur de la Serra d’Almudaina, cerca de otros pueblos como Balones o Benimassot.
Hace un tiempo publiqué una ruta que llamé «Ruta de los Cerezos en Flor de la Serra d’Almudaina«, una ruta que recorre varios pueblos de la cara norte de esta desconocida sierra y que, más allá de marzo (mes de floración de los cerezos), se puede disfrutar en cualquier otro momento del año.
Como verás por los topónimos, nos hallamos en tierras que antaño estuvieron pobladas por musulmanes, los cuales dejaron su huella en estos valles y montañas, desde fortificaciones a cultivos abancalados, antiguas alquerías, aljibes y mucho más. El legado musulmán está muy patente en esta zona, aunque también encontramos vestigios de otras culturas anteriores.
No muy lejos de Benillup, en Almudaina, se puede visitar su torre almohade, que formaba parte del recinto amurallado de la antigua alquería y que a día de hoy está «musealizada» y ofrece visitas guiadas y por libre. Más información aquí. En la web del MARQ, entidad de la que depende esta visita, nos cuentan que la población era conocida en época islámica como ‘al-Mudayyina’: la ciudadela.
La Vall de Seta
Balones, Benimassot, Fageca, Famorca, Gorga, Quatretondeta y Tollos
Está prevista la próxima creación de un Sendero de Gran Recorrido que conecte los 7 pueblos de la Vall de Seta, a través de un itinerario de 60 kilómetros. (Ver Noticia).
Saltamos ahora a la otra vertiente de la Serra d’Almudaina, la sur.
Allí, en un privilegiado balcón con vistas a la Serrella, encontramos las poblaciones de Millena, Balones y Benimassot, que junto a Tollos —el pueblo con menos habitantes de la provincia—, Quatretondeta —esta última, a los pies de la Serrella— y Fageca y Famorca, dan lugar a la hermosísima y desconocida Vall de Seta, cuyas arcillosas tierras son atravesadas por el río del mismo nombre, dando lugar a profundos barrancos.
En la cabecera del valle encontramos la Sierra de Alfaro, una formación montañosa que esconde uno de los lugares más indómitos de Alicante, con una triste historia a sus espaldas: El Barranc de Malafí. Hablaremos de él en otro capítulo.
Volviendo a Millena, a la entrada del pueblo encontramos el área recreativa de la Font de Baix, que cuenta con instalaciones deportivas, zona de acampada, aseos y mesas de pícnic.
Durante nuestra ruta visitaremos varios olivos milenarios. Uno de ellos, bimilenario, se encuentra en término de Gorga, población muy próxima a Millena y famosa por sus melocotones de secano.
Retomando el tema de las fortalezas, en término de Balones, encaramadas a la Serra d’Almudaina, encontramos las ruinas del Castell de la Costurera o Castell de Seta, que se puede visitar por libre realizando una ruta bastante sencilla desde la parte baja del mismo (el acceso está señalizado desde la carretera CV-720).
También en Balones se puede visitar la «Creueta», la Penya del Dimoni y sus enigmáticos petroglifos o les Coves de Sant Josep (pequeños abrigos en la ladera de la sierra).
Los paisajes del Valle de Seta están dominados por el cultivo del olivo, dando muestra de ello la existencia de otra marca de aceites en la zona: «Castell de la Costurera«, que colabora con la Almàssera de Millena en la producción de un aceite de olivos milenarios llamado M.
Uno de los aspectos más sorprendentes del valle es la existencia de petroglifos: grabados realizados sobre la roca caliza. En Benimassot encontramos algunos, junto a un despoblado morisco. Ambos puntos de interés que se pueden conocer realizando esta recomendable ruta.
Daría mucho de sí la Vall de Seta, pero voy a cerrar este capítulo con una última recomendación. Repito que por descontado merece la pena quedarse a dormir para paladear con calma estos lares, saboreando su rica gastronomía y productos locales (una muestra de los cuales podrás encontrar en la tienda de la Almàssera de Millena).
Para acabar, nos vamos hasta Quatretondeta —quatre cases i una tendeta—, población que fue el destino elegido para la primera ruta que organicé desde LinkAlicante. Allí comienza el sendero señalizado PR-CV 24, una ruta de dificultad alta que conduce hasta la cumbre de la Serrella, el Pla de la Casa, de 1379 metros de altura.
El comienzo de esta ruta, no obstante, discurre por caminos agrícolas entre bancales —de olivos, como no— hasta la Font de l’Espinal, resultando un trayecto bastante asequible para cualquier persona con un mínimo hábito de senderismo.
Este tramo, poco antes de llegar a la fuente, nos permitirá caminar al pie de Els Frares de Quatretondeta, una impresionante formación geológica de la cara norte de la Serrella: enormes agujas de roca de hasta 50 metros de altura que se alzan desafiando a la gravedad y cuyo aspecto cuasi humano es el origen de su topónimo: Els Frares, los frailes, dada su semejanza con una comitiva de religiosos en penosa peregrinación montaña arriba.
Otra de las maravillas que nos permite conocer este sendero que comienza en Quatretondeta es un árbol monumental, una venerable anciana de más de 250 años de edad: la Carrasca de la Tía Sofía.
Y ya que estamos en Quatretondeta, no dejes de pasar a reponer fuerzas en Casa Cañares; auténtica gastronomía de montaña.
Por cierto, ¿sabías que esta pequeña población fue la primera en tener una mujer alcaldesa en España, en el año 1924? Nos lo contaba en su día Maria Roselló.
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Hola!! La carrasca de la tía Sofía ¿dónde se encuentra exactamente? Si es posible localizarla relativamente cerca de la senda claro :). ¡¡¡Muchas gracias!!!
Óscar: si sigues el sendero PR-CV 24 desde el pueblo, queda relativamente cerca (menos de 2 km). La verás tras salir de pueblo, subir una cuesta de hormigón y adentrarte un poco en la zona de bancales. Un saludo y que la disfrutes!
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