Durante la segunda mitad del siglo XIII y en los años posteriores, la disputa por la frontera entre las coronas de Castilla y Aragón llevó a la consolidación de numerosos castillos en el valle del Vinalopó, en el extremo noroeste de la actual provincia de Alicante.
Muchas de estas atalayas tienen sus raíces en la época almohade, cuando se construyeron como fortalezas defensivas frente a la conquista cristiana llevada a cabo por parte de Jaume I. Los castillos del Vinalopó no solo servían como puestos militares estratégicos, sino también como símbolos del poder y la influencia de los respectivas gobernantes.
Hoy en día, podemos conocer y disfrutar de este destacado patrimonio cultural gracias a la Ruta de los Castillos del Vinalopó, un itinerario que conecta estas fortalezas a lo largo de más de 100 km.
La ruta incluye un total de 11 castillos, así que mi consejo personal como autor de LinkAlicante es explorar cada una de las etapas de forma pausada, dedicando una jornada a cada una de ellas. De esta manera, no solo se puede conocer cada castillo en profundidad, sino también disfrutar de la población en la que se encuentra, saboreando su gastronomía y descubriendo su encanto local. Solo así podrás vivir una experiencia completa, combinando historia, cultura y la rica oferta culinaria de la región.
Y ahora, es momento de comenzar este evocador recorrido y descubrir los secretos mejor guardados de los castillos del Vinalopó. ¡Sigue leyendo para planificar tu próxima aventura en la Comunitat Valenciana!
Índice del Artículo
ToggleLos Castillos del Vinalopó
1. Castillo de la Atalaya, Villena
El Castillo de la Atalaya destaca en la llanura del Alto Vinalopó por su monumentalidad y excelente estado de conservación. Su origen se remonta al siglo XII, época almohade, permaneciendo en manos árabes hasta su rendición ante los cristianos en 1240. A partir de entonces, se estableció el Señorío y posteriormente Marquesado de Villena, otorgado por la corona a diversos nobles en reconocimiento a sus servicios. Uno de los más notables fue el escritor don Juan Manuel, quien escribió partes de su «Libro de la caza» entre sus muros.
La estructura principal del castillo es la torre del homenaje, que cuenta con cuatro plantas. Las dos primeras, de origen almohade, están cubiertas por impresionantes bóvedas de arcos entrecruzados, consideradas obras maestras del arte islámico en España. Las dos plantas superiores son de construcción cristiana, añadidas por el segundo Marqués, don Juan Pacheco.
El castillo fue testigo de numerosos asedios y conflictos desde la Edad Media hasta las Guerras de Sucesión e Independencia, dejando huellas visibles de estos eventos.
2. Castillo de Castalla
Seguramente menos conocido que su homólogo de Villena, lo cierto es que los visitantes del Castillo de Castalla descubrirán una de las fortificaciones mejor conservadas de la provincia de Alicante. Originalmente levantado por los musulmanes en el siglo XI, fue reformado en profundidad por los cristianos con motivo de la Guerra de los Dos Pedros, durante los siglos XIV y XV.
El Castillo de Castalla cuenta con tres zonas principales: el Palau, residencia señorial protegida por un complejo sistema defensivo; el Pati d’Armes, con sus murallas, estancias y un aljibe en excelente estado de conservación; y la Torre Grossa, desde donde se pueden admirar impresionantes vistas de la Foia de Castalla y hasta divisar el mar en días claros.
3. Castillo de Biar
Durante la conquista del Reino de Valencia por parte de Jaume I, el castillo de Biar fue el último en ser tomado, en el año 1245. Un año antes, en el Tratado de Almizra, se había establecido que la frontera entre las coronas de Aragón y Castilla quedaría dibujada por la línea Biar – Busot.
El castillo de Biar está situado en un cerro rocoso que domina la población y el valle del Vinalopó. De origen almohade, su estructura conserva un doble recinto amurallado con cuatro torres exteriores y dos interiores, organizadas alrededor de la imponente torre del homenaje. Esta poderosa torre, de planta cuadrada y tres niveles, alcanza los 19 metros de altura y está construida en tapial. En su interior, alberga el ejemplo más antiguo conocido de bóvedas de estilo almohade.
Actualmente (2024) está cerrado por obras de restauración.
4. Castillo de Banyeres de Mariola
Uno de los castillos que más cautivará a los exploradores de esta ruta por el valle del Vinalopó lo encontramos en la población de Banyeres, a las puertas del Parque Natural de la Serra de Mariola. Esta impresionante fortaleza se extiende a lo largo de una planta poligonal, a fin de adaptarse a la irregular peña rocosa sobre la que se asienta, dominando estratégicamente los caminos del valle desde sus 820 metros de altitud.
Su doble recinto amurallado está organizado en dos zonas escalonadas: una sección inferior que ocuparían los habitantes del castillo y una plataforma superior donde se sitúa la magnífica torre del homenaje, la construcción más destacada de la fortaleza, de planta cuadrangular y tres alturas.
Otros castillos en la Ruta del Vinalopó
Onil: Palacio – Fortaleza del Marqués de Dos Aguas
El Palacio – Fortaleza del Marqués de Dos Aguas en Onil es una majestuosa construcción del siglo XVI que combina elementos defensivos con la elegancia de una residencia señorial. Este edificio destaca por su fachada renacentista y sus torres cuadradas, que le confieren un aspecto imponente. En la actualidad, el palacio es un centro cultural y social para la localidad de Onil.
Novelda: Castillo de la Mola
El Castillo de la Mola en Novelda se alza sobre una colina junto al río Vinalopó y es conocido por su singular torre triangular, una rareza en la arquitectura militar medieval española. Construido en el siglo XII por los almohades y reformado posteriormente por los cristianos, el castillo ofrece vistas panorámicas del valle del Vinalopó. Junto a él se encuentra el santuario modernista de Santa María Magdalena, lo que convierte la visita en una experiencia histórica y cultural única.
Castillo de Sax
El Castillo de Sax se eleva sobre un peñasco escarpado y es claramente visible desde la autovía Alicante – Madrid. Construido por los musulmanes en el siglo X y reformado tras la conquista cristiana, el castillo de Sax tiene una estructura alargada adaptada a la forma del terreno. Su torre del homenaje y sus murallas ofrecen una visión fascinante de las técnicas defensivas medievales.
Castillo de Elda
El Castillo de Elda tiene sus orígenes en la época musulmana y fue posteriormente modificado por los cristianos. Aunque en la actualidad solo se conservan algunos restos, como la torre del homenaje y parte de las murallas, el castillo ha sido objeto de importantes trabajos de restauración en los últimos años. En 2024 está prevista su reapertura, tras la finalización de las obras, devolviendo a la fortaleza su esplendor y permitiendo a los visitantes explorar su rica historia y su ubicación estratégica que controlaba el valle y las rutas comerciales.
Castillo de Petrer
Como otras fortalezas del Vinalopó, el castillo de Petrer domina el valle desde lo alto de un estratégico cerro. Construido en el siglo XII por los almohades y ampliado en el siglo XV, su estructura incluye una torre del homenaje, varias dependencias y una muralla defensiva. El castillo ha sido restaurado y es un excelente ejemplo de la arquitectura militar de la región. Además, ofrece vistas espectaculares del entorno natural y urbano.
Elche: Palacio de Altamira
El Palacio de Altamira, también conocido como Alcázar de la Señoría, es una fortaleza-palacio situada junto al cauce del río Vinalopó, en un extremo de la antigua ciudad amurallada de Elche. Construido en el siglo XV sobre restos musulmanes, el palacio ha sido testigo de importantes acontecimientos históricos. Su robusta estructura, con torres y murallas, alberga hoy el MAHE, Museo Arqueológico y de Historia de Elche, ofreciendo una inmersión en el pasado de la ciudad.
Castillo-Fortaleza de Santa Pola
El Castillo-Fortaleza de Santa Pola, construido en el siglo XVI para defender la costa de los ataques piratas, es un impresionante ejemplo de arquitectura militar renacentista. Su diseño cuadrangular con baluartes en las esquinas y un amplio patio central refleja las necesidades defensivas de la época. Situado en el centro de Santa Pola, el castillo alberga hoy el Museo del Mar y el Museo de la Pesca, ofreciendo a los visitantes una rica experiencia cultural y educativa sobre la historia marítima de la región.
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