Una atalaya de 445 metros de altura desde los que asomarse a la Costa Blanca
Hoy vamos a encaramarnos a una de las sierras litorales más emblemáticas de la Marina Alta, al norte de la provincia de Alicante: el Puig de la Llorença, de 445 metros de altura.
En esta ocasión, sin embargo, no caminaremos hasta su cumbre, sino que ascenderemos en vehículo. ¿El motivo? Lo cierto es que la famosa urbanización Cumbre del Sol ha copado todos los caminos hasta lo más alto, por lo que el recorrido a pie no tiene aquí ningún sentido. En todo caso, podemos optar por subir en bicicleta, algo que se ha popularizado en los últimos años, a raíz de los finales de etapa de La Vuelta en esta cima.
Tanto si subimos a motor como a pedales, la belleza de las vistas que se contemplan desde «La Llorença» bien merece la pena el ascenso. Eso, siempre que seamos capaces de abstraernos del mar de cemento que se extiende imparable a sus pies, como si de un cáncer en fase avanzada se tratase.
¿Me acompañas a visitar este espectacular mirador de la Costa Blanca? ¡Nos ponemos en Marcha!
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Los Miradores del Puig de la Llorença
Para visitar esta serie de espectaculares miradores de la Costa Blanca, debemos poner rumbo a la población de El Poble Nou de Benitatxell, cerca de la más conocida Benissa (con salida en la autopista).
Una vez en el pueblo, buscaremos los indicadores en dirección a la «Cumbre del Sol«, la urbanización que, desde 1973, ha venido transformando de forma radical la fisonomía de la montaña, copando con chalets de lujo hasta el último metro cuadrado del Puig de la Llorença. Tanto es así, que para muchas personas la montaña ha perdido su topónimo original.
En la empinada rampa de acceso a la urbanización, encontramos el primer mirador, en el lado izquierdo de la carretera, así que este lo dejaremos para el final, para el atardecer ―el mejor momento para esta balconada―.
Seguimos avanzando por el vial principal, pasando al otro lado del monte. Antes de iniciar el descenso hacia la Cala del Moraig, nos desviamos a la derecha para subir hacia lo más alto del Puig de la Llorença.
En el punto donde acaban las últimas casas, llegamos a un nuevo mirador con vistas privilegiadas hacia el Sur: aparecen el Peñón de Ifach, la Serra Gelada, la Serra de Bèrnia, la Serra d’Oltà, el Morro de Toix…
Las vistas son realmente impresionantes. No obstante, como todos los mencionados relieves quedan un tanto lejos del punto de observación, recomiendo unos prismáticos o un teleobjetivo para apreciarlos en toda su grandeza.
La siguiente fotografía está tomada en el año 2011, en un amanecer desde el Puig de la Llorença, precisamente con un teleobjetivo.
Más cerca de nosotros aparece el Cap d’Or, en Moraira, coronado por su torre vigía. Tirando de zoom conseguimos sacar las urbanizaciones del encuadre, con lo que la imagen resulta mucho más atractiva (foto inferior).
Si seguimos girando la vista hacia el este, aparece ante nosotros el Cabo de la Nao y la Isla del Descubridor. Mucho más allá, en el horizonte, parece distinguirse una silueta… ¡Es Ibiza!
Apenas 90 kilómetros en línea recta nos separan de la mayor de las pitiusas, con lo que la observación resulta relativamente sencilla, siempre que el día no haya amanecido con brumas.
Seguimos subiendo. En lo más alto del Puig de la Llorença, a 445 metros de altura, encontramos multitud de antenas de radio, telefonía y televisión. Y un vértice geodésico. Si conseguimos sortear todos los obstáculos, la cumbre también es un maravilloso lugar para disfrutar de la panorámica…
Tras absorber una dosis razonable de radiaciones, iniciamos el camino de descenso en busca de la maravillosa (aunque artificial) Cala del Moraig. Pero antes, vamos a detenernos en un nuevo mirador.
Escondida entre las urbanizaciones encontramos una sorprendente balconada que cae a plomo sobre la Cala del Moraig. Todavía recuerdo como, en mi primera visita, pude observar desde aquí a una pareja de halcones que desafiaban a la gravedad con sus juegos aéreos.
El espectáculo desde aquí vuelve a ser fascinante. Las personas, en la playa, parecen más bien pequeñas hormigas que corretean aquí y allá…
Más allá del Moraig, asoma tímida la Cala dels Testos, siempre protegida por el imponente Morro Falquí (donde por cierto, existen vías de escalada que también se han popularizado en los últimos años).
Al fondo se dejan ver el Cabo de la Nao y la Illa del Descobridor. Por unos insantes, nos sentimos capaces de alzar el vuelo y comenzar a planear sobre este deslumbrante litoral de pequeñas calas y desafiantes acantilados. Acantilados, por cierto, repletos de historia: la de las Pesqueres de Cingle; unos precarios andamiajes donde, hace apenas cien años, los lugareños se jugaban la vida tratando de cosechar los frutos del mar. Hoy en día resulta mucho más rentable vender los terrenos a una constructora…
Continuamos nuestro descenso hacia el mar. Tras esta excepcional introducción a Benitatxell, lo mejor que podríamos hacer es visitar la propia cala ―con aforo limitado en temporada alta― y su sorprendente Cova dels Arcs, o bien realizar la Ruta de los Acantilados, un recorrido de dificultad baja que nos lleva hasta la no menos maravillosa Cala Llebeig.
Nosotros, esta vez, optamos por continuar la «ruta de los miradores» (una invención propia que he disfrutado en muchas ocasiones).
El siguiente hito en la lista lo encontramos cerca de la pequeña «placeta» que da acceso a la Cala del Moraig. Desde allí parte un sencillo camino hasta un nuevo punto de observación. Una vez al borde del abismo, ante nosotros se abre una fascinante panorámica hacia la Cala dels Testos y el propio Moraig. Al fondo se puede ver, también, el Cap d’Or de Moraira.
Tras deleitarnos una vez más con esos azules mediterráneos de infinitas tonalidades ―gracias a la presencia de la amenazada posidonia oceánica―, ponemos rumbo al último mirador de la jornada: el mismo que nos encontramos al principio de nuestro periplo por el Puig de la Llorença. Esta vez sí, nos detenemos en el pequeño espacio de parking, en el sentido de la marcha.
En este caso, tenemos vistas hacia El Poble Nou de Benitatxell, la Serra de Bèrnia y la Marina Alta en general. Destacan también las vistas hacia El Montgó.
Este último punto de observación, por su orientación, lo recomiendo para contemplar el atardecer. Será el broche de oro a una jornada de disfrute asegurado, en la que habremos entendido por qué se suele decir que la Costa Blanca tiene una luz única en el Mundo…
Cómo Llegar
A continuación te dejo los mapas de acceso a cada uno de los miradores de El Puig de la Llorença.
Puig de la Llorença - Mirador Sur
Mirador situado cerca de la cumbre del Puig de la Llorença, con vistas hacia el sur: Peñón de Ifach, Serra Gelada, Serra de Bèrnia y más.
Puig de la Llorença - Cumbre
Mirador Cala del Moraig
Vertiginoso mirador sobre la Cala del Moraig.
Mirador Cala dels Testos
Para llegar hasta este mirador, debemos estacionar el coche en el parking que hay antes de bajar a la Cala del Moraig. Desde allí, subimos caminando hsta el mirador, apenas 150 metros.
Mirador del Poble Nou de Benitatxell
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