Fuentes del Algar, las piscinas naturales de Callosa d’En Sarrià

El Algar es un río de corto recorrido que nace en la cercana Sierra del Ferrer, algo más arriba de la pintoresca población de Tàrbena, desembocando en el mar Mediterráneo en Altea, tras recorrer unos escasos 12 kilómetros, íntegramente en tierras alicantinas.

A su paso por las faldas de la Sierra de Bèrnia, el río Algar atraviesa una estrecha y profunda garganta, el Estret de Sacos, dando lugar a una serie de pozas, saltos de agua y represas artificiales, en un paraje donde brotan diversos manantiales. Les Fonts d’Algar, es un topónimo de herencia musulmana que significa «cueva».

Como en otras zonas de la provincia de Alicante, el agua ha sido desde tiempos inmemoriales un bien escaso y preciado, de ahí que a lo largo del recorrido visitable de Las Fuentes del Algar encontramos antiguas infraestructuras dedicadas a su aprovechamiento: presas, acequias, compuertas, partidores… El agua del Algar se empleaba antiguamente al riego de la huerta de Callosa d’en Sarrià y poblaciones cercanas, donde el cultivo del Níspero de Callosa alcanzó fama internacional y cuenta con una Denominación de Origen Protegida (DOP).

Hoy en día, no obstante, buena parte de las cristalinas aguas del Algar se destinan a consumo humano, abasteciendo los embalses de Guadalest y Amadorio, a los que el agua llega a través de un complejo sistema de bombeo y canalizaciones.

El paraje de Les Fonts d’Algar fue destinado a la preservación de los recursos naturales allí presentes y a la creación de un recurso turístico donde los visitantes pueden disfrutar de un recorrido con diferentes zonas y observar todas las bondades que ofrece este monumento natural de Callosa d’en Sarrià.

Hay que resaltar que Les Fonts d’Algar fue declarada Zona Húmeda Protegida por acuerdo del gobierno Valenciano (el 10 de septiembre del año 2002).

En nuestra modesta opinión, el lugar ha sido demasiado explotado desde el punto de vista turístico, con la creación de muchos restaurantes (muchos de ellos con piscina) en la zona. En algunos de ellos todavía se conserva la memoria de tiempos pasados más amables y respetuosos con el entorno y se puede degustar una buena cocina tradicional.

Nuestro consejo es que, durante la visita, intentéis abstraeros un poco de este furor turístico y admirar el paraje natural como lo que es: una maravilla de la naturaleza fruto del modelado kárstico de la roca caliza por la acción del agua durante millones de años. En este sentido, visitarlo en primavera u otoño es una buena idea para encontrar tranquilidad y admirar al máximo su belleza.