Alicante tiene estampa de postal y nombre de leyenda. Esta ciudad que duerme al amparo de una fortaleza situada en lo alto del Monte Benacantil, es vigilada por la “cara del moro” tallada en la roca como un espejismo. Esa fortaleza es el Castillo de Santa Bárbara que, lleno de leyendas, observa hace siglos los vaivenes de la ciudad, del Mediterráneo y de la historia.
El Monte Bencantil (y por ende, el Castillo de Santa Bárbara) constituye uno de los mejores miradores de la Costa Blanca. Desde sus 167 metros de altura, junto al mar, se puede contemplar toda la ciudad de Alicante así como algunas de las montañas más emblemáticas de la provincia. También tenemos visual directa con otros excepcionales miradores, como el Cabo de Santa Pola.
¿Me acompañas a descubrir esta formidable fortaleza y conocer algunas de sus historias y leyendas? ¡Que comience la visita!
Índice de Contenidos
Historia del Castillo de Santa Bárbara
En las laderas del monte Benacantil se han encontrado restos arqueológicos de la Edad del Bronce, ibéricos y de la época romana. No obstante, el origen de la actual fortaleza hay que buscarlo a finales del siglo IX, durante el periodo de la dominación musulmana.
El nombre actual de Santa Bárbara se debe a que el infante Alfonso de Castilla, futuro rey Alfonso X el Sabio la tomó a los árabes, pasando a manos cristianas, el día de la festividad de esta santa, 4 de diciembre de 1248. Casi un siglo después, Pedro IV el Ceremonioso manda que el recinto sea rectificado y el rey Carlos I ordenará su fortificación a comienzos del siglo XVI.
La gran mayoría de las dependencias que hoy día podemos contemplar no fueron construidas hasta el reinado de Felipe II. En la Guerra de Sucesión (al morir Carlos II sin descendencia), cuando el castillo estuvo en manos inglesas, todo el recinto sufrió gravemente tras la explosión de la mina ideada parte de las tropas francesas, así como por los bombardeos previos de la escuadra francesa en el año 1691.
Durante la guerra civil española sirvió para recluir a prisioneros afines al bando Nacional primero, y posteriormente a prisioneros afines a la Segunda República, la mayoría procedentes del puerto de Alicante y del campo de concentración de Los Almendros.
En el año 1962, el Castillo de Santa Bárbara fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional.
Vídeo: la explosión de la mina del Castillo de Santa Bárbara
Los 3 Recintos del Castillo de Santa Bárbara
El Castillo ha vivido construcciones y remodelaciones a lo largo de varios siglos, de manera que posee tres recintos a diferentes alturas y de 3 épocas distintas.
La Torreta o zona alta del castillo de Santa Bárbara
Esta es la zona más alta del castillo y por tanto desde donde se puede disfrutar de unas vistas realmente impresionantes sobre toda la ciudad de Alicante. También se observa el paisaje alrededor con algunas de las formaciones montañosas más emblemáticas de la provincia: desde el Cabo de Santa Pola y la Isla de Tabarca hacia el sur, pasando por las sierras de Orihuela, Crevillente, el Cid, el Maigmó, El Cabeçó d’Or, La Sierra de Aitana, El Puig Campana, la Serra de Bèrnia y la Serra Gelada. Más cerca, podemos ver la Serra Grossa, ya en la propia ciudad y con una ruta senderista muy interesante, y el Cabo de la Huerta de Alicante.
Es en esta parte alta donde se conservan los restos más antiguos de la fortaleza: unos basamentos del S. XI al XIII. El nombre de “la torreta” viene dado porque en esta zona se encuentra la antigua Torre del Homenaje. En cada castillo medieval existía una “torre del homenaje”, que es siempre la torre principal, la que sirve de residencia del señor o rey y cumple con las funciones más destacadas del castillo, albergando las estancias más importantes.
También encontramos en esta zona, el baluarte de los Ingleses, el parque de los ingenieros, la sala noble (antiguo hospital) y la casa del gobernador, entre otras.
La explanada más elevada se conoce como “Macho del Castillo”, donde estaba la antigua alcazaba. El Macho del Castillo, precisamente, se hizo con los escombros que se generaron tras la derrota de los ingleses. Actualmente hay unas antenas de TV y se conservan algunos cañones que apuntan hacia la ciudad.
Recinto intermedio del castillo de Santa Bárbara
Aquí están las dependencias más importantes que se levantaron en el siglo XVI, construidas alrededor del Patio de Armas: El Salón Felipe II, antiguo Cuerpo de la Tropa frente al amplio Patio de Armas a cuyas espaldas se hallan las ruinas de la ermita de Santa Bárbara, El Cuerpo de Guardia, El Baluarte de la Reina…
El Salón Felipe II es un espacio cubierto con capacidad para 350 personas que se utiliza en la actualidad principalmente para organizar cenas o cócteles en un ambiente distinguido, elegante y lleno de historia.
El Patio de Armas es un amplio espacio al aire libre. Situado a las puertas del Salón Felipe II, también se emplea para celebrar presentaciones, cócteles, cenas, etc. en el que igualmente puede instalarse un escenario para la celebración de conciertos y actuaciones.
En sus dependencias interiores suele haber exposiciones de arte y se realizan conferencias.
Recinto inferior del Castillo de Santa Bárbara
El recinto inferior data del siglo XVIII y en él se ubica el denominado Revellín del Bon Repós. Aquí encontramos una gran explanada con vistas al mar que hace actualmente las funciones de aparcamiento y en el que se ubica el monumento al ilustre militar alicantino Félix Berenguer de Marquina, que fuera capitán general de Filipinas y virrey de Nuevo México.
En esta zona encontramos también el acceso al Aljibe del castillo, situado bajo el patio de armas, que sorprende por sus grandes dimensiones.
A lo largo de los últimos años, las reformas para la mejora del Castillo de Santa Bárbara se han sucedido, prosiguiendo estas reformas en la actualidad.
Museo de la Ciudad de Alicante (MUSA)
El Museo oficial de la Ciudad de Alicante- MUSA, que atesora toda la historia de la ciudad,se ubica dentro del Castillo de Santa Bárbara. Gracias a las reformas hechas en el castillo en el año 2010, muchas salas que permanecieron ocultas por largos años, han sido recuperadas como salas de exposiciones. NO hay mejores espacios para contar la historia de la ciudad.
El museo se compone de 5 salas:
▪️ Edificio cuerpo de Ingenieros. Opera como Centro de Información de Visitantes. Cuenta con una exposición de restos arqueológicos y un audiovisual sobre la historia de la ciudad.
▪️ Antiguo Hospital. Alberga la exposición “Alicante traspasada de Mediterráneo”.
▪️ Sala Larga. Alberga la exposición “Historias y personas”. Al fondo de la sala se ve la antigua puerta medieval a la fortaleza.
▪️ Sala de la Mina o Cueva de los ingleses. Se muestra la exposición “La explosión de la mina” durante la Guerra de Sucesión 1701 – 1713.
▪️ Los antiguos calabozos bajo la plaza de armas. Tan sólo es posible visitar esta zona con guía debido al peligro que entraña la escalinata de descenso.
La leyenda de amor del Castillo de Santa Bárbara
En época de los musulmanes, gobernaba en la ciudad un califa que tenía una hija de una belleza excepcional. Esta bella mujer se llamaba Cántara. Al llegar la hora de casarse, fueron muchos los pretendientes que se presentaron en la corte, pero el califa tan solo dio el visto bueno a dos de ellos: el famoso general cordobés Almanzor y un joven noble llamado Alí, menos guerrero pero con un gran y romántico corazón.
Para decidir entre los dos pretendientes, el califa les puso un reto: realizar alguna proeza que lograra impresionarle. Almanzor partió lejos, a la India para abrir una nueva ruta comercial, mientras que Alí permaneció cerca con el firme propósito de crear una acequia que trajese agua a la ciudad desde Tibi.
La cercanía de Alí y su carácter dulce y romántico conquistaron el corazón de la princesa. Los dos jóvenes estaban ya profunda y sinceramente enamorados cuando Almanzor regresó triunfante de la India. El califa muy impresionado, le concedió inmediatamente la mano de Cántara. Al enterarse de la noticia, Alí desesperado, saltó al fondo desde lo alto de una montaña. El impacto de su cuerpo abrió en dos la tierra, y el agua brotó milagrosamente llenando el actual pantano de Tibi.
Cuando Cántara se enteró de la noticia, no aguantó su dolor y también se lanzó al vacío desde la sierra de San Julián. Al lugar desde donde saltó se le conoce hoy día con el nombre del Salto de la Reina Mora.
El califa, que nunca se perdonó la torpeza de haber perdido a su hija por su mala decisión, terminó muriendo de pura pena y pidiendo a Alá que lo castigara. Su rostro quedó petrificado bajo su despojada fortaleza y, aún hoy, podemos ver su rostro allí mismo mirando a poniente, marcado en la piedra con su turbante y todo: es la Cara del Moro, en la ladera del Monte Benacantil.
Desde entonces, la ciudad, en honor de esta pareja de enamorados y su desgracia se conoce como Alicante, unión de los nombres de Alí y Cántara.
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